Misteriosa y sofisticada, La India es uno de los destinos turísticos favoritos por la magia y la belleza que lo envuelve. El segundo país más poblado del mundo, se convierte a partir del mes de febrero en una exquisita miscelánea de fiestas y costumbres, regalando atardeceres extraordinarios, una gastronomía aplaudida y sobre todo, el encanto de unas gentes que no conocen límites en su generosidad para aquellos que les visitan.
De tradiciones milenarias, sus ritos y celebraciones se remontan a tiempos ancestrales donde los dioses marcaban el ritmo de los pueblos. Así, el Festival del Desierto de Jaisalmer, la conocida como “Ciudad Dorada de La India”, se celebra entre finales de enero y principios de febrero, según coincida la luna llena en el Desierto de Thar. Sus habitantes se visten con sus mejores galas y llenan la arena de color y vida, ocasión que algunos aprovechan para celebrar las famosas bodas indias o simplemente para hacer concursos de turbantes, bigotes e incluso camellos. La estrella sin duda es el esperado partido de polo con estos fieles e incansables animales.
Aunque hasta 2019 no se celebrará el siguiente Maha Kumbha Mela oficial, lo cierto es que son muchos los que peregrinan al Ganges, el río sagrado, para purificarse. Este acontecimiento tiene lugar cada cuatro años en Allahabad Ardhaen donde confluyen tres de los ríos sagrados, el Ganges, Yamuna y Saraswati.
El Festival de Holi, la fiesta del color, es otro de los acontecimientos que llenan febrero de alegría en La India. Se celebra para dar la bienvenida a la época de lluvias, siempre asociada a épocas de bonanza, y que se traduce en una guerra con polvos de colores que llena las calles de música y bailes. Imprescindible también en el calendario del segundo mes del año es el Udaipur Festival Music, que reúne en la mágica ciudad a artistas de talla mundial durante los días 9 al 11 de febrero.
Pero hablar de La India es sin duda hacerlo del Taj Mahal, el monumento al amor más famoso del mundo. Construido hace 365 años en la ciudad de Agra, a orillas del río Yamuna, lo mandó erigir el Sha Jahan cuando murió su amada Mumtaz Mahal. A partir de ahí leyenda y realidad se confunden, pero lo que pasó a la historia es que está realizado en mármol, arenisca roja y piedras preciosas como turquesas tibetanas, lapislázuli afgano, zafiros ceilaneses y por supuesto diamantes. Se dice que al término de la construcción el emperador mandó cegar y amputar las manos a todos aquellos que participaron de esa obra faraónica. Sea como fuere, pasear por sus paredes transporta a todos los visitantes a noches interminables entre danzas y velos.
Y por supuesto Nueva Delhi, la capital, locura y hechizo a partes iguales, es la más clara muestra de este fascinante país asiático. Febrero se presenta como el mes perfecto para conocer esta maravilla cultural y disfrutar de un paraíso de emociones.
Y para viajar y conocer La India lo mejor es hacerlo dispuesto a vivir una aventura al más puro estilo de Las mil y una noches. Para ello, nada mejor que alojarse en el The Oberoi Amarvilas, en Agra, cerca del Taj Mahal,la definición perfecta de lujo asiático, y donde la estancia se convierte en todo un sueño a partir de 524 euros.
El Hotel Suryagarh en Jaisalmer es otra joya de la corona, una entrada majestuosa al Desierto de Thar, una oportunidad maravillosa de disfrutar de primera mano de la Fiesta del Desierto en la Ciudad Dorada de La India, por 166 euros la noche.
Udaipur también tiene su pequeño oasis, en este caso el Hotel Trident, otro remanso de paz y lujo por 148 euros.
En definitiva, La India es mucho más que la perla asiática por excelencia, es magia y alegría, es colores y costumbres, pero sobre todo es tradición y cultura que encuentra en el mes de febrero sus mejores citas.
Gala Mora
DESALAS Lifestyle
Viajar a esta ciudad supone un viaje en el tiempo. “Benares es mas antigua que la Historia, mas antigua que las tradiciones, mas vieja incluso que las leyendas, y parece el doble de antigua que todas juntas” decia el escritor Mark Twain.