“Barcos, arquitectura en el mar”, es el nombre de la exposición que hasta el 2 de septiembre puede visitarse en el Museo Marítimo de Barcelona y que reúne las embarcaciones más espectaculares diseñadas por los grandes nombres de la arquitectura. Alvar Aalto, Le Corbusier o Zaha Hadid son solo algunos de los que aceptaron el reto de pensar, entender y diseñar un barco.
Trasladar al lenguaje naval los conocimiento de arquitectura fue lo que hicieron una decena de nombres ilustres en ese campo, algunos en activo y otros desaparecidos ya. El reto de Alvar Aalto, David Chipperfield, Foster & Partners, Frank Gehry, Jørn Utzon, Lazzarini & Pickering, Le Corbusier, Louis Kahn, Ralph Erskine, Zaha Hadid Architects y Pier Luigi Merli, se tradujo en dibujos, planos, fotografías y maquetas, que reflejan el discurso que abordaron, desde el punto de vista de la arquitectura, en el diseño de barcos, constatando que no es tanta la diferencia entre concebir un edificio y una embarcación.
A través de los diseños de las embarcaciones, la muestra repasa anécdotas sobre las historias e incluso los nombres de los barcos, como el de Aalto que bautizó su barca a motor de madera con una vela en proa “Nemo Propheta in Patria” (Nadie es profeta en su patria), a pesar de ser un héroe en su Finlandia natal. O “Rocinante” y “Dulcinea”, de Chipperfield, para su mujer e hijos y que están amarrados en Vilanouva de Arousa, Galicia, el pueblo costero al que vienen de vacaciones año tras año. Tanto le ha tomado el gusto que actualmente está trabajando con la prestigiosa atarazana Brenda Design en el concepto de barcos, dejando su impronta arquitectónica.
Norman Foster es un nombre clásico donde los haya y que no dudado en llevar al mar su elevado índice de tecnología punta. Y Frank Gehry, otro grande que tiene innumerables edificios a sus espaldas, como el Guggenheim de Bilbao, es un apasionado de la navegación y las regatas, y hace tres años que diseñó su primer barco, Foggy, acrónimo de su nombre Frank Owen Gehry.
Comisariada por Benjamín Pleguezuelos, arquitecto e ingeniero naval, la muestra recoge los datos recopilados durante años y utilizados por él mismo para confeccionar su tesis doctoral “El espacio en el barco”, además de sus investigaciones realizadas en la Southampton Solent University del Reino Unido. “Desde siempre el barco ha fascinado a los arquitectos, probablemente debido a su dimensión y figura, definidas por coincidencias reales entre aspecto y necesidad. En una embarcación pocos diseños son gratuitos, ya que el mar lo somete a constantes situaciones difíciles, tanto estructurales como de flotabilidad”.
Y qué mejor que disfrutar de la exposición y de la ciudad condal, en hoteles que transmiten experiencias marítimas. Como es el caso del Hotel W, conocido como Hotel Vela por su característica forma al borde de la playa de la Barceloneta, simbolizando una embarcación más, y que además fue diseñado por Ricardo Bofill. Desde 300 euros se puede disfrutar de esta maravilla.
Otro paraíso que se da la mano con el mismísimo Neptuno es sin duda el Hilton Diagonal del Mar, que desde 219 euros ofrece instalaciones de lujo para desconectar del mundo terrestre.
Y por supuesto el Hotel Arts y su característica escultura de mar con el reconocido perfil del Pez dorado, diseñado a su vez por Frank Gehry. Su infinity pool o sus estrellas michelín harán las delicias de los paladares más exquisitos que visiten sus instalaciones desde 377 euros la noche.
Mecidos por las olas, con olor a salitre o buscando la mejor corriente de aire para poner en rumbo nuestro velero, el resultado de la exposición y la visita a Barcelona es desde luego sorprendente, lo mejor es subir a bordo para contemplarlo.
Gala Mora
DESALAS Lifestyle